No hace falta ser un versado en la historia política de Colombia para darse cuenta de que los triunfos del nacionalismo en nuestro país han brillado por su ausencia. Desde la caída de la Gran Colombia, pasando por los fracasos del Partido Nacional de Núñez, el asesinato de Rafael Uribe, la renuncia de Rafael Reyes, el magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán, la desaparición de Los Leopardos, y llegando al ocaso de Rojas Pinilla y la transformación de la ANAPO en guerrilla, pareciera que el nacionalismo en Colombia le estuviera vedada la fortuna de la conquista revolucionaria. Sin embargo, la ausencia de victoria no hace menos apremiante la necesidad de su existencia. Por el contrario, su resurgimiento se presenta hoy como la única condición de posibilidad para la continuidad de nuestra patria en el siglo XXI. Se nos presenta entonces a los colombianos la grandiosa tarea de re-pensar un nuevo nacionalismo integral como producto orgánico de nuestra historia. Condensamos aquí sus pilares fundantes:
1. Unidad de lo nacional y lo social: no puede existir una defensa integral de la patria y sus valores si dejamos a un lado la cuestión social. El grave error de los nacionalismos precedentes es que beneficiaban un aspecto a costa del otro según se ubicara su propuesta más a la izquierda o a la derecha. La lucha por el derecho a nuestra continuidad histórica-identitaria debe ir de la mano del gran proyecto de reconstrucción de nuestras estructuras sociales, políticas y económicas, con miras a la justicia social.
2. Nacional-continentalismo: no debe existir contradicción radical entre el nacionalismo y el internacionalismo iberoamericano. Nuestro patriotismo no es chauvinismo o racismo. Nuestro continentalismo es afirmación de nuestra originalidad civilizatoria y el derecho a ser libres y soberanos. Nuestra propuesta es la geopolítica de la multipolaridad. Debe ser fomentada la colaboración económica, científica y militar de nuestra región como nuevo paradigma de desarrollo. Al tiempo, debemos redescubrir nuestras raíces culturales y defender nuestra identidad latinoamericana.
3. Populismo revolucionario: Si bien creemos que el nacionalismo es escudo y lanza contra las ambiciones geopolíticas del bloque atlantista en nuestro continente, no negamos la existencia del conflicto al interior de la patria. No obstante, la contradicción social no la tomamos según una óptica de clases, sino, más bien, adoptando la nomenclatura Gaitanista de país nacional contra país político; esto es, el pueblo de todos los colores políticos y clases, versus la oligarquía apátrida y corrupta que se ha convertido en el principal riesgo de la seguridad nacional y la evolución histórica de nuestra patria.
4. Nacionalismo económico: conformado por los siguientes puntos: 1) protección y fomento de nuestros productores; 2) reforma agraria radical; 3) socialismo orgánico o nuevo corporativismo; 4) desarrollo científico, industrial y agroindustrial; 5) nacionalización de recursos estratégicos; 6) dirigismo estatal.
5. Estado orgánico e imperio de la ley: debe ser superada la república liberal, entendida esta como anti-estado. El Estado orgánico es la estructura jerárquica de cuerpos sociales super-ordenados en la escala ascendente de autoridades que culmina en un estado total y liderado por una “clase universal” o sofocracia, elite supra-política verdaderamente estatal. El Estado al servicio del pueblo debe estar presente en todo el territorio nacional garantizando la ley y los derechos fundamentales de todos los ciudadanos.
6. Patriotismo integral: social) como enfoque comunitarista y solidario de la acción política; cívico) como responsabilidad ciudadana en la defensa de la patria, su independencia e instituciones; cultural) como protección de nuestra identidad y tradiciones.
7. Soberanismo: político) defensa de la legitimidad y autonomía de nuestros procesos políticos como pueblo libre; militar) rechazo a la injerencia de los proyectos estratégicos de potencias extranjeras sobre nuestro poder militar; territorial) vigilancia y protección de nuestra integridad territorial, autoridad sobre nuestra fronteras, rechazo a la expoliación global de nuestro dominio marítimo.
8. Ecologismo nacional: no existe verdadero nacionalismo sin la defensa de nuestro medio ambiente. La patria es la tierra de nuestra prosperidad, el espacio vital de la existencia nacional, paisaje arraigado en nuestra identidad, habitad trascendente donde reposa la memoria de nuestros ancestros y las esperanzas de nuestros hijos: el terruño es unidad material y espiritual. Deben fomentarse las siguientes acciones: 1) servicio patriótico ambiental; 2) protección rigurosa de nuestros ecosistemas estratégicos; 3) transición a fuentes de energía renovable y limpia; 4) políticas nacionales de producción limpia; 5) industria del reciclaje; 6) fomento de la cultura del deporte, la alimentación sana y el desarrollo integral de la persona. El verdadero ecologismo pasa por la formación de seres humanos sanos.
Estos pilares conforman el programa inicial del Nacionalismo Integral Colombiano que aquí acotamos de forma resumida. No obstante, sus contenidos y pilares se enriquecerán en la medida que desarrollemos una plataforma ideológica completa y sagazmente revolucionaria.
Fuente: RODRIGUEZ, Carlos. «Columna de Opinión Internacional (Colombia) del 03.06.2020». Diario La Verdad. Lima, Perú.
CCLN/Sección III.C4 - Prensa y Relaciones Públicas
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