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Foto del escritorCarlos Salazar

Reflexiones sobre la Seguridad de un Estado Popular



El Estado, -como ya hemos definido en nuestra lista de conceptos-, se trata de un constructo político, que institucionaliza el poder de la clase dominante de turno y que además reclama para sí, el monopolio de la coerción sobre la sociedad.


El Estado para poder subsistir de manera estable en el tiempo, debe encontrar mecanismos de defensa y de seguridad. De defensa en lo que respecta a elementos externos que podrían significar una amenaza a la existencia o soberanía del Estado, y de seguridad en lo que respecta a elementos internos que podían significar una amenaza a la existencia o estabilidad de este.


Antes de entrar más en la materia, debemos aclarar que este artículo no se referirá a la llamada “Ley de Seguridad del Estado” como podría suponerse. Dicha ley solo corresponde a un aspecto limitado y específico de un concepto más amplio, como la “Seguridad del Estado” propiamente, y que, si bien es necesario su estudio respectivo, conviene más hacerlo en un artículo distinto a éste para efectos de no distraer el enfoque del tema principal.


Volviendo al tema que nos compete, es necesario hacer varias distinciones, ya que, así como existen distintos tipos de Estado (Estado oligárquico, Estado socialista, monárquico, feudal, capitalista, etc.), desde el nacionalismo de la Praxis, vamos a entender distintas cosas por “Defensa y Seguridad del Estado” dependiendo del tipo de Estado del que estemos hablando.


En el actual momento, Chile se encuentra bajo un sistema liberal. En consecuencia, el Estado es un instrumento de la oligarquía. En este contexto, la defensa de la soberanía del estado chileno se encuentra parcialmente subordinada a los intereses geoestratégicos del imperialismo estadounidense (con el cual la oligarquía chilena mantiene una relación clientelar). Las fuerzas armadas de Chile, encargadas de la defensa externa, operacionalmente trabajan en conjunto con el Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos (USSOUTHCOM) e indudablemente operan como un brazo más de dicho organismo extranjero.


Por otro lado, en el mismo contexto, la Seguridad interna del Estado, se refiere principalmente a la protección de la estructura estatal, que se encuentra en estrecha relación con los intereses propios de la oligarquía dominante. De ahí, que esta función en su expresión más visible, la observemos cuando se ejerce la represión contra las masas populares durante las manifestaciones, y en la persecución de personas o grupos que pueden presentarse como amenazas al Estado que sustenta y escuda el sistema liberal-capitalista vigente en Chile.


Naturalmente, desde nuestra postura -el Nacionalismo de la Praxis-, tales modalidades de Defensa y Seguridad del Estado bajo un sistema burgués y liberal-capitalista nos son abyectas y absolutamente deplorables, e incluso un contra sentido ya que representa una amenaza directa a los legítimos intereses de la nación chilena.


Vale la pena recordar que la oligarquía actualmente tiene el control económico a través del oligopolio de los grandes medios de producción, y también maneja el control político, al poseer las riendas del aparato estatal que sustenta todo el sistema capitalista, por lo consiguiente, no podemos considerarla como parte de la nación, sino más bien una excrecencia parasitaria que opera en función de los intereses del Imperialismo y los suyos en cuanto a clase. En otras palabras, en antagonismo directo a los intereses nacionales auténticos.


Desde el Nacionalismo de la Praxis también rechazamos la postura idealista e infantil que plantea la abolición de la defensa externa (fuerzas armadas) y la seguridad interna del Estado (fuerzas de orden y seguridad) dentro de una realidad trazada por la globalización capitalista en expansión. Tales fantasías son producto de la miopía de ciertos grupos e individuos que carecen de toda capacidad para la conquista y conducción del poder político. Por el contrario, nosotros postulamos que una vez que el Pueblo haya logrado la conquista del Poder y el Estado oligarca neoliberal sea reemplazado por una verdadera República democrática popular y soberana, es indispensable que exista una verdadera política de defensa externa frente a las inevitables acciones que el sistema imperialista tomará en contra de la Nación Chilena, como ha ocurrido con los pueblos que desafían las ordenanzas foráneas. Ello implica, la existencia de Fuerzas Armadas de carácter popular y ciudadanas en su origen, y que al mismo tiempo cuenten con la más alta modernización y recursos para la efectiva defensa del Territorio Nacional y del Pueblo Chileno.


Junto a ello, también es necesario fomentar junto al desarrollo de tejido social y la potenciación de la cultura ciudadana, un eficiente sistema de Seguridad Interior del Estado Popular que haga frente a los saboteadores y los enemigos del Pueblo que perduren después del triunfo popular y la derrota oligárquica. Así como una política de erradicación de delincuentes como los que constituyen bandas de narcotráfico, crimen organizado, y otros factores disruptivos que representen una amenaza al nuevo Estado Nacional Popular. Somos conscientes, por otro lado, de que existe numerosa propaganda que demoniza los servicios de seguridad interior que han existido en los llamados socialismos reales (la Stasi, el NKVD, el MINT de Cuba, etc.) pero hay que tener en cuenta de que sin este tipo de aparato institucional, cualquier proceso revolucionario queda a merced del más miserable sabotaje por parte de la destronada clase oligarca, que se va a negar hasta el último esfuerzo a perder su antigua posición de privilegio, llegando incluso al extremo violento del acto terrorista y la conspiración.


Fuente: SALAZAR, Carlos. «Columna de Opinión Internacional (Chile) del 28.07.2021». Diario La Verdad. Lima, Perú.


CCLN/Sección III.C4 - Prensa y Relaciones Públicas



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